En la década de 1970
En la década de 1970, el estreno de El Exorcista transformó las salas de cine en verdaderos escenarios de tensión. Dirigida por William Friedkin y basada en la novela de William Peter Blatty, la producción fue considerada tan perturbadora para su época que traspasó la barrera de la ficción y provocó intensas reacciones físicas en el público. Relatos históricos señalan que, en varias funciones, los espectadores se desmayaban, se sentían mal o abandonaban la sala antes del final. El impacto fue tan grande que algunos cines llegaron a tomar medidas extraordinarias: dejaban ambulancias estacionadas en la puerta, listas para atender cualquier emergencia. El episodio reforzó el aura de misterio y temor en torno a la obra, que se consolidó como un hito absoluto en el género de terror. Más que una película, El Exorcista se convirtió en un fenómeno cultural, dividiendo opiniones entre el choque, el miedo y la fascinación. Una estrategia que podría parecer aterradora solo aumentó la curiosidad popular, atrayendo multitudes dispuestas a enfrentar la experiencia. Medio siglo después, la cinta sigue siendo un referente, recordada no solo por su narrativa y efectos innovadores, sino también por el inédito impacto psicológico que causó en su público.
¿Sabías??