Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX)
Entre los siglos XVIII y XIX, la Revolución Industrial revolucionó la economía global, reemplazando la producción artesanal por máquinas y fábricas. El proceso comenzó en Inglaterra, impulsado por innovaciones como la máquina de vapor de James Watt, la mecanización de la industria textil y la expansión de los ferrocarriles.
El crecimiento de las ciudades se aceleró y millones de personas migraron del campo a los centros urbanos en busca de trabajo. La producción a gran escala aumentó la oferta de bienes, haciéndolos más asequibles. Sin embargo, las condiciones de trabajo en las fábricas eran precarias, con jornadas laborales agotadoras, salarios bajos y explotación infantil.
La industrialización se expandió a otros países, como Francia, Alemania, Estados Unidos y Japón, impulsando el capitalismo y cambiando el panorama político y social. Nuevos inventos, como el telégrafo y la locomotora de vapor, ampliaron las comunicaciones y el transporte.
A pesar del progreso, la Revolución Industrial trajo consigo desafíos como la contaminación y la desigualdad social. El movimiento obrero surgió para reclamar mejores condiciones de trabajo, dando origen a leyes laborales y sindicatos. El impacto de la Revolución Industrial dio forma al mundo moderno, impulsando la tecnología y la economía global.
¿Sabías??