Caída del Imperio Romano de Occidente
En el año 476 d.C., la caída del Imperio Romano de Occidente representó un hito crucial en la historia europea y el comienzo de la Edad Media. El último emperador romano, Rómulo Augústulo, fue depuesto por el líder bárbaro Odoacro, lo que marcó el colapso de un imperio que había dominado vastas regiones de Europa, Asia y el norte de África durante siglos. Con la caída del imperio, Europa Occidental entró en una era de gran inestabilidad política y social, comenzando el período medieval.
El fin del Imperio Romano provocó la fragmentación del territorio en varios reinos bárbaros, como los visigodos, los ostrogodos y los francos. Este escenario marcó la transición de un sistema centralizado a una organización política descentralizada, donde el poder estaba dividido entre pequeños reinos y señores feudales. La Iglesia Católica ha surgido como una de las principales instituciones de poder, ofreciendo estabilidad en medio del caos.
La caída del Imperio Romano de Occidente fue, por tanto, un punto de inflexión que inauguró una nueva fase en la historia europea, caracterizada por nuevas dinámicas sociales, culturales y políticas que marcarían la Edad Media durante siglos.
¿Sabías??