La peste negra: la pandemia devastadora
La Peste Negra fue una de las mayores tragedias de la Edad Media, diezmando aproximadamente un tercio de la población europea entre 1347 y 1351. La enfermedad, causada por la bacteria Yersinia pestis, era transmitida por pulgas de rata y se propagó rápidamente por ciudades superpobladas e insalubres. Con síntomas como fiebre alta, inflamación de ganglios y necrosis de la piel, la plaga devastó pueblos enteros, dejando calles llenas de cadáveres y una atmósfera de desesperación.
En medio del caos surgieron los flagelantes, grupos religiosos que creían que la peste era un castigo divino. Para expiar los pecados de la humanidad, vagaban por las ciudades azotándose, con la esperanza de que su sufrimiento apaciguara la ira de Dios. Sin embargo, sus procesiones a menudo agravaban la propagación de la enfermedad.
La medicina medieval, limitada y basada en creencias supersticiosas, ofrecía curas extrañas. Los tratamientos incluían el uso de sanguijuelas para "equilibrar los humores del cuerpo", pociones hechas con cráneos humanos molidos e incluso baños en orina. Sin conocer la verdadera causa de la peste, los médicos de la época, con sus máscaras picudas llenas de hierbas, poco podían hacer salvo observar la devastación.
¿Sabías??