La Rubia y la Aceituna Rebelde
Después de ver a una rubia pasar varias horas intentando pinchar una aceituna con un palillo, haciendo que se deslizara de un lado a otro del plato, el camarero de la pizzería decide ayudarla.
- ¿Señorita, me permite intentar coger esta aceituna?
- Puede intentar... dice la rubia, agotada. "¡De todos modos no lo va a conseguir!
Entonces el camarero agarra otro palillo y, ¡pum!, lo clava a la primera.
"¡Ah, eso no vale!" refunfuña la rubia. "¡La aceituna ya estaba cansada!"
¿Sabías??