Al principio
Al principio, Egipto estaba formado por pequeñas aldeas a lo largo del río Nilo, que gradualmente se fusionaron en confederaciones, reinos y, finalmente, dos reinos distintos: el Alto Egipto y el Bajo Egipto. Alrededor del 3200 a. C., el rey Menes del Alto Egipto conquistó el Bajo Egipto, unificando los dos reinos. El faraón, como gobernante supremo, tenía poderes como administrador de Egipto; Jefe del ejército; Juez Supremo y Sumo Sacerdote. La monarquía faraónica era vista como divina, siendo considerado el faraón hijo de los dioses, lo que sacralizaba su poder. La centralización del poder en manos del faraón ayudó a mantener el orden y resolver los conflictos sociales. Toda la tierra pertenecía al faraón y el palacio era el centro político y administrativo. Para apoyar al gobierno y las grandes construcciones, se cobraron impuestos a los grupos no privilegiados... ¿Sabías?