A partir del 6000 a. C
A partir del 6000 a. C., las comunidades neolíticas se asentaron en las riberas de los ríos, donde los suelos fértiles permitían la agricultura. Con el aumento de la producción agrícola, la mano de obra estuvo disponible para otras actividades, como la metalurgia. Los excedentes agrícolas llevaron al desarrollo de intercambios comerciales entre comunidades. Esto impulsó el crecimiento demográfico y el surgimiento de centros urbanos. Las ciudades se convirtieron en centros económicos, religiosos y políticos, impulsando la revolución urbana. Este fenómeno se extendió a otras zonas cercanas a los grandes ríos, dando lugar a las primeras civilizaciones, con pueblos organizados en torno a constituciones, leyes y creencias comunes... ¿Sabías?